Toda persona que llegue a la Comarca de Antequera, siguiendo los caminos que la surcan desde la costa o el interior, recorrerá con sorpresa los más variados paisajes, desde la espléndida vega, faldas de montes grises, hasta enclaves naturales aún por descubrir que se elevan a su paso. Este paisaje y campos inpregnan la vida de los habitantes de nuestros municipios, surgiendo tradiciones, vocablos, la gastronomía y los dulces como colafón de nuestra historia culinaria.
La Comarca de Antequera, además de campesina es clerical, tierra de conventos. Del medio de sus patios y huertas, se obtenían los principales ingredientes de los dulces que tanto para consumo propio como para venta, se cuajaban entre las rejas de los conventos de clausura. Conventos de monjas clarisas, como el convento de la Iglesia de Belén, monjas de la congregación de Carmelitas Descalzas, ubicadas en la Iglesia de San José de las Descalzas o conventos como la Encarnación, Iglesia de las Catalinas, Iglesia de Santa Eufemia u otros conventos o pequeñas congregaciones de religiosas en otros municipios de la Comarca, son entre otros los que aún continúan dando una calidad a una repostería entrañable. Es la almendra de la parte de Villanueva de la Concepción, y la Joya, aceites vírgenes extra de todos nuestros municipios, cereales de nuestra vega o el agua rica de nuestros manantiales; ingrediente base de nuestra cocina.
No es cuestión, de realizar un recetario de dulces, pero si de destacar la importancia de la repostería en las distintas épocas anuales, siempre de la mano del calendario religioso.
En épocas navideñas, son los mantecados, polvorones alfajores, rosquillos de vino los que dan olor a ésta época. Dulce humilde, accesible y estrella en la Comarca, elaborados a base de manteca, azúcar, almendra y cocidos en hornos tradicionales.
Sin olvidarnos del bienmesabe ("De bien y me sabe"), también fácil de degustar en otras estaciones, realizado con almendras, azúcar, huevos, cidra y canela.
Finas masas de harina con cabello de ángel y azúcar forman las empanadillas o los pestiños que espolvoreados con ajonjolí y emborrizados con rica miel de la zona, son base en toda mesa en la Semana de Pasión de la Comarca.
En época invernal, no han de faltar las magdalenas caseras, las cuajadas, peladillas, merengues, bollos o tortas de aceite, madroños...
La festividad de Todos los Santos es algo más que un tributo a los fallecidos; es un día perfecto para reunirse con la familia y degustar los postres típicos de tan señalada fecha. Sin duda los buñuelos y los huesos de santo son los postres más populares; a base de almendras y recubiertas de almibar, dándole ese toque de color tan blanco.
Esta deliciosa gastronomía, es regada por los ricos vinos dulces, sobre todo, de nuestra Comarca, que sirven tanto de ingrediente como de acompañamiento ideal en nuestra mesa.
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